Ghost pierde el misterio pero llega al estrellato

En el difícil camino hacia lo más alto, muchas bandas han tenido que ir renunciando a pilares básicos de su estilo o manera del presentar su música en aras de llegar a la cúspide. Esta situación se ha dado con la banda sueca Ghost. 

Hablamos de banda, pero deberíamos decir el proyecto en solitario de Tobías Forge con músicos de acompañamiento. Tras ser demandado por la anterior formación de artistas que componía Ghost, Forge se vio obligado a cambiar de arriba a abajo todos los componentes de la banda. A todo esta situación hay que añadir el inevitable descubrimiento de la verdadera identidad de todos los Papas Emeritus con la consabida pérdida de misterio de la banda, encarnados por el ya nombrado Forge. 

Nada cae en saco roto y todos estos cambios acontecidos en la banda, han influido en mayor o menor medida en el devenir musical de Ghost. La banda ha perdido el misterio que la envolvía y se ha abrazado al mainstream más absoluto. ¿Esto quiere decir que musicalmente ya no es interesante este proyecto?; para nada, Ghost es más comercial, más accesible pero se ha convertido en una de las bandas de rock más grandes  del mundo .

Los suecos han conseguido crear una marca. Son los nuevos Kiss de este milenio. Al llegar un nuevo lanzamiento como el actual llamado “Prequelle”, una maquinaria brutal se pone en marcha. Mensajes en redes,  vídeos misteriosos, la llegada del Cardenal Copia defenestrando al Papa Emeritus III, todo forma parte de una operación de marketing perfecta creada para asaltar los puestos de listas y marcar el ritmo del rock en años venideros. 

La música de Ghost no ha perdido en calidad, sí en potencia y originalidad, pero eso no quita mérito a lo conseguido por Forge: crear la nueva potencia mundial del rock. 

En lo estrictamente musical, esta nueva obra llamada “Prequelle”, sigue en mayor o menor medida la senda abierta ya con álbumes como “Infestissuman” o “Meliora”, su mensaje se dulcifica, pero a la vez se convierte en más contundente y mejor elaborado. 

El misterio  creado alrededor de su obra maestra “Opus Eponymous”, ya no volverá. Siguen mezclando sabiamente hard rock con toques de heavy metal, pero ya Ghost son otra cosa; eso sí de mucha envergadura.

En lo estrictamente musical este nuevo álbum tiene una gran calidad. A mi entender no supera a “Meliora”, pero se queda muy cerca en lo que respecta a calidad compositiva. 

Como santo y seña de este álbum aparece el single “Rats”, un pelotazo hard rockero con un vídeo memorable, que convierte este tema en un hit absoluto para la banda. En la misma onda se encuentra  la melódica  “Dance Macabre”, tema creado para ser coreado en un estadio.

Me llama la atención el corte instrumental “Miasma”,  con un saxo final de órdago que crea una atmósfera fantástica dentro del tema; pocas veces un corte instrumental tiene tanta fuerza en un disco. 

Uno de los puntos culminantes del álbum sin lugar a dudas es “Pro Memoria”, una balada épica, donde la orquesta junto a la voz de Tobías Forge crean un tema grande digno de un músico fuera de serie como el sueco.

Por último me quedo con “See The Light”, un tema con un sonido muy atrayente, lleno de toques de piano y mucha musicalidad. 

En definitiva Ghost lo han vuelto a hacer, son la nueva fábrica de hits del rock, te guste o no; el reinado del Cardenal Copia no ha hecho nada más que empezar.

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