“Paranoid” (Black Sabbath), la Biblia del metal
El 18 de septiembre de 1970 lo debemos recordar como uno de los hitos de la historia del rock. Una fecha para enmarcar. Black Sabbath lanzaba su segundo álbum llamado “Paranoid”, y ya nada sería igual.
Hablar de un álbum tan grande como éste es complicado. Se ha escrito de él ríos de tinta, es simplemente la iglesia del heavy metal, el inicio del doom metal, una cátedra del riff con mayúsculas etc… así podríamos estar hasta la eternidad poniéndole adjetivos a un álbum para la historia.
Si en el álbum homónimo de Black Sabbath, la banda todavía buscaba un sonido definitivo, algo por definir por completo, en “Paranoid”, encuentra la horma de su zapato y su seña de identidad más marcada.
Tan solo 4 meses después del lanzamiento de su álbum debut, se pusieron manos a la obra con un trabajo que sería definitivo para el despegue de la banda británica. Pocas veces el favor del público y la crítica habían sido tan dispares, y Iommi y compañía comenzaban a ganar la guerra.
El comienzo de la creación de la leyenda llega con “War Pigs”, un elefante de pisada grave, dolorosa que te destroza sin piedad. Sus casi 8 minutos de riffs brutales de Iommi abre el comienzo a la génesis del heavy metal.
Seguir un álbum con un himno como “Paranoid” sólo está al alcance de genios. Un tema que será repetido en esquema hasta la saciedad por miles de bandas que estuvieron y están influenciadas por el sonido de Sabbath.
“Planet Caravan”, es un alto hipnótico y psicodélico ante tanto riff machacón y brillante. Ozzy con su voz parece que está encantando serpientes y no puedes escapar del trance al que está sometiendo.
Los orígenes del doom los encontramos de manera palpable en “Hands Of Doom”, ¿cuántas bandas han repetido este tema en sus álbumes? Sencillamente incontables.
“Iron Man”, posee uno de los riffs más famosos de la historia del rock y del heavy metal. La voz de Ozzy acompañando a Iommi como si rapease y una parte final de locura; directos al Olimpo de los dioses.
“Electric Funeral”, es una locura híbrida, mórbida, llena de distorsión y sonidos hirientes. Una cátedra más, una muesca más en la culata del revólver de la perfección en el rock.
Lo más flojo sin ser malas, son “Rat Salad”, y “Fairies Wear Boots” donde Iommi rasga la guitarra como si la destrozara, llevándote al séptimo cielo.
Obra maestra sin parangón. La Biblia del Metal.