“Joker”, el reflejo de una sociedad enferma
Una de las películas más esperadas del año llegó al fin a los cines, y no defraudó. “Joker” es un cuento distópico que tiene como protagonista a un perdedor a quien llega un momento en que se cansa de perder.
El film dirigido magistralmente por Todd Phillips, nos hace un retrato descarnado de una sociedad inhumana, insensible, que no empatiza con el prójimo y que simplemente lo que le interesa es sobrevivir, ganar dinero y sin importar abusar de los que están debajo.
Vivimos en una sociedad enferma que abraza el capitalismo salvaje por encima de todo, en la que la brecha entre los poderosos y los oprimidos cada vez es más grande, una sociedad que se asoma peligrosamente al abismo.
Hace unas décadas este film nos podría haber parecido exagerado, ahora es simplemente el reflejo de la sociedad que vivimos, a la que le falta muy poco para estallar y que los pedazos lleguen bien lejos.
Entre tanto aparece Arthur Fleck, encarnado por Joaquin Phoenix, un ser aplastado por la sociedad, incomprendido y que todo el mundo rechaza. Su locura se va abriendo paso y alimentando, en base al desprecio y la indiferencia de todos. Él sólo quiere sobrevivir y hacer reír, los demás lo único que hacen es reírse de él.
La interpretación de Joaquin Phoenix pasará a la historia como una de las mejores de la última década. La pasión, sufrimiento y a la vez tristeza que imprime a su personaje son de un calado tan hondo que te dejan sin respiración. Da igual si le dan el Oscar o no, es un actor tan superlativo que está por encima de todo ello.
El film guarda un regusto a homenaje ochentero que tira de espaldas. Aquí hay mucho de “Taxi Driver”, “El Rey de la Comedia”, etc… Scorsese planea por la película de manera constante, mezclando violencia y tristeza a diestro y siniestro.
Otro guiño fantástico de la película es a “El Exorcista”, al mostrarnos esa escalera empinada en donde muta Arthur Fleck en el Joker.
A nivel técnico el film es impecable. Ritmo pausado, lento y devorador que te oprime hasta la orgía de sangre final.
No podemos olvidarnos de la figura de Robert De Niro, en el papel de Murray Franklin, un presentador de televisión sin escrúpulos que hace de catalizador de lo que la quiere desea ver en televisión. Su pulso interpretativo con Phoenix es de los que sientan cátedra. Otro homenaje más al cine pasado que ya nunca volverá.
Una banda sonora creada con maestría por la chelista islandesa Hildur Ingveldardóttir Guðnadóttir, crea una atmósfera brutal en todo el film. A todo esto tenemos que añadir grandes temas como “That’s Life” interpretado por Frank Sinatra, o la mítica “Rock And Roll Part 2” del pedófilo Gary Glitter.
Poco más que añadir. Una de las últimas obras maestras que hemos podido ver en el cine. Joaquin Phoenix ya es por derecho propio el mejor Joker de la historia, con el permiso de su difundo amigo Heath Ledger.
Da escalofríos pensar que lo que nos muestra “Joker”, lo tenemos a la vuelta de la esquina.