Crítica: “Vile Slumber” (Pyrrhic)

El EP debut de Pyrrhic probablemente sea lo más sorprendente que ha llegado desde Noruega a mis oídos este año, y sin duda lo más potable junto a otro EP, el “Pesta” del hijo pródigo Mork. No seré yo el que haga un roto al nuevo trabajo de Enslaved, adoro esa banda, pero no me gusta ese sendero que han tomado, ni a las incursiones post* (pop que coño!) de Ihsahn ni a la última borrachera editada en CD de Fenriz y sus Isengard.

“Vile Slumber” es una sacada en toda regla y por muchos tiros que lleves pegados te deja descolocadísimo. En sus primeros 40 segundos queda claro que esto no va a parecerese a nada que hayas podido escuchar antes. “Vile Slumber” es un engendro desconocido de descaro insultante, enfermizo, abstracto y a la vez plástico, una irreverencia a las creencias del death/black que se retroalimenta formado un bucle a punto de petar en cualquier momento. Un multiregistro vocal insólito, screams, shrieks sanguaceros, growls profundos (menos) y un gurling impresionante es lo que ofrece el joyita de Emil Wynn, además hay que ver la presencia que tiene. Sería suficiente para cualquier banda sin creatividad solo por la violencia que ofrecen sus cuerdas vocales, pero probablemente no es lo más destacado de esta banda. La pareja de  hachas formada por Sebastian Madsen y Roger Gregesen es simplemente espectacular, aunque se ha vuelto tremendamente difícil destacar dentro de la escuela técnica en el death metal, su aportación a esta bestia llamada Pyrrhic es de otro nivel.

Como decía, el inicio de “Their Dilapidated Hands” es oro para los oídos de cualquier amante del metal extremo. Mientras intentas recuperar tus tímpanos tras la embestida de Wynn, el trémolo black por momentos, death tech en otros, la lluvia de arpegios no gélidos sino progs te sumergen en una atmósfera vertiginosa y oscura de la que sales ante un llamativo solo shredder que te hace pensar cuánto tiempo has estado inconsciente. Sin palabras.

En “Deafening the Light” hay riff disonante y gelidez en los acordes menores además de una batería tocada a latigazos. ¿Y qué decir del breakdown?, campanilla incandescente de Wynn enfriada a base de bellos arpegios rematando en una segunda parte más metalera tras en contratempo para morir en un loop soporífero. “Rotting Lambs”, más lenta, combina la mugre que emana de la garganta de Wynn (doblándose con su propia voz limpia) con la sucesión de melodías, bien clásicas, bien neoclásicas o bien rondalleras hasta que el solazo digitador desata la locura dejando el final en manos de la base golpeante. “God Devourer” riza el rizo y el propio Wynn se ríe de si mismo, sobradísimo doblándose y triplicandose . Tema impactante con la colaboración del desconocido para mi Oyvind Haegeland de Manitou que añade el tono prog a este temón. ¿Qué hay que tener en la cabeza para componer semejante aberración? Un tema de esos que llamo Frankenstein, con mil trasplantes, donde Pyrrhic sabe que no hay lugar al rechazo. Cierra “Vile Slumber”, donde coinciden de nuevo técnica y violencia en un tema sin riffs, a base de sweeps, como marcan los cánones del death tech progresivo, como si de unos Allegaeon con Pazuzu en su interior se tratase. Por momentos adquiere tono ruso y acaba muriendo en una suerte de DSBM muy propicio y acorde a como se te ha quedado el cuerpo tras estos 23 minutos.

Cada vez cuesta más sorprenderse en esto de la extrema sin traspasar al avantgarde o al disonante abstracto y hay que estrujarse las neuronas para clasificar a las bandas en su corriente y estilo concreto para después sacar algo positivo de sus trabajos. Con Pyrrhic no pasa eso y “Vile Slumber” me ha dejado patidifuso ante la magnífica conjugación de violencia y técnica generando una marca de agua inimitable. Esto es un producto exclusivo, original, innovador y más progresista que progresivo. Y como cosas así no se escuchan todos los días, para no haya lugar a dudas, me salto las normas de la casa y puntúo este disco con un 10 como toda Noruega de grande.

Sello: Autoeditado

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