“The Fat Of The Land”, The Prodigy conquistan el mundo

El 30 de junio de 1997 se lanzó mundialmente una de las bombas musicales más grandes que se recuerdan en la década de los 90, me estoy refiriendo al inclasificable “The Fat Of The Land” de The Prodigy.

Nada hacia presagiar que un álbum aparentemente de electrónica, eso sí con toques alternativos y de estética cyber punk, iba a despachar más de 10 millones de discos.

The Prodigy consiguieron una de las cosas más difíciles que puede conseguir un músico: la transversalidad, es decir transcender géneros, y gustar por igual a amantes de la musica dance-electrónica, como a rockeros, punks e incluso a metaleros. Esa mezcla com hemos dicho de electricidad alternativa, con electrónica agresiva y contundente, les elevó sin discusión a lo más alto de las listas.

El álbum se mereció llegar tan alto sin lugar a dudas, ya que pocas veces se metieron en una sola obra, hits tan apabullantes y tan energéticos como “Firestarter” o la celebérrima “Smack My Bitch Up”.

El trío formado por Liam Howlett, Maxim y Keith Flint entraron como un elefante en una cacharrería de la adocenada industria musical británica, para brindarnos un álbum de calidad apabullante. Junto a Chemical Brothers y los galos Daft Punk sentaron la base del devenir de la escena electrónica para décadas venideras.

Si bien es cierto que cosecharon ya un éxito meritorio con su anterior álbum “Voodoo People”, este tercer álbum de los británicos, superó con creces las expectativas que podrían tener al crear un monstruo de estas dimensiones.
La transgresión más absoluta ya se respiraba en su primer single que fue “Firestarter”, era el encuentro único entre Sex Pistols y la electrónica más agresiva, una pasada sin más.

La llegada de “Breathe” como segundo single no hizo si no acrecentar la fama de la banda, y llevar a lo más alto su propuesta punk-electrónica.

Llegamos al gran pelotazo del álbum, me estoy refiriendo a “Smack My Bitch Up”, un corte polémico que tuvo en contra desde el principio a los colectivos feministas por entender que era misógino y contrario a los derechos de la mujer.
El tema en sí es brutal, las voces femeninas de la parte central del corte fueron realizadas por Shahin Badar inspirado todo ello en el tema “Nana (The Dreaming)” interpretada por Sheila Chandra. La frase del estribillo fue extraída de la canción “Give The Drummer Some” de la banda de hip hop Ultramagnetic MCs. El tema contiene elementos extraídos a su vez de otros cortes: “Funky Man” (Kool & The Gang), “In Memory Of” (Randy Weston), “Bulls On Parade” Rage Against The Machine y “House Of Rising Funk” (Afrique).

El vídeo dirigido por Jonas Åkerlund, fue uno de los clips más recordados de la década de los 90, polémico por poner en un primer plano violencia, consumo de drogas, sexo, para finalizar dando a entender que es una mujer la protagonista de todo. Premiado en 1998 por la MTV como “Mejor vídeo dance” y “Mejor vídeo al artista revelación”.

Hemos destacado estos tres temas, pero que duda cabe que todo el álbum es muy grande. Cortes como “Narayan”, que formó parte de la banda sonora de “The Matrix” o la tremenda “Fuel My Fire”, certificaron una obra maestra que aún con el paso del tiempo, más de 20 años ya, sigue igual de fresca y vigente como el primer día.

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